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Mostrando entradas de enero, 2019

Papá Noel y los tres millones de euros

Era la noche del 24 de diciembre y Víctor estaba jugando en la alfombra de su habitación cuando llamaron a la puerta. Un batiburrillo de ruido, procedente de voces indeterminadas, iba cobrando volumen a medida que unos pasos se acercaban hacia su habitación. Víctor creyó reconocer la voz paterna y susurró: ¿papá?. En ese momento, emocionado,Víctor se desinteresó de Ruddy el extraterrestre, su juguete preferido, y se deshizo de él arrojándolo y abandonándolo a su suerte en mitad de un apocalipsis galáctico. Mientras el extraterrestre se quedaba tirado en el suelo, panza arriba e inmovilizado, Víctor se levantó y fue hasta la puerta con la esperanza de comprobar que por fin papá había vuelto a casa. Era navidad y por costumbre siempre traía regalos muy chulos de países lejanos, juguetes del mundo, como los llamaba papá. De pie y con la oreja pegada a la puerta, aguzó el oído con intención de reconocer las voces y constatar la voz paterna, pero ya no se oía ningún sonido, ninguna voz,