¿Por qué ahora y todos deberíamos leer  Una princesa en Berlín?


La novela de Arthur R.G. Solmssen nos relata con sencillez y rigurosidad la aventura de Peter Ellis, un joven médico americano que se alista en el ejército francés como médico de guerra para atender a los soldados franceses heridos durante la I Guerra Mundial contra Alemania. Durante la batalla de Verdún, Peter Elllis salva la vida a un piloto de guerra alemán, cuya avioneta se ha estrellado en suelo francés. Como pago de esta deuda por haberle salvado la vida, el piloto alemán acoge en su casa de Berlín a Peter Ellis y éste se lo agradece puesto que su objetivo es convertirse en un pintor reputado y qué mejor escenario que el Berlín bohemio y artístico de la época.

Los acontecimientos se desarrollan en un contexto histórico de entre guerras. Los alemanes han sido derrotados y una sección democrática de Alemania accede a firmar el Pacto de Versalles que exigía una inmensa y abusadora deuda por los estragos de la guerra, además del desarme del ejército alemán y de la entrega a los países ganadores de oro, barcos, etc. Esta sanción contribuyó al desequilibrio de la economía con una gran inflación y además insufló al nacionalismo revanchista más extremo, del que surgiría Hitler, los cuales achacaron a la debilidad de los políticos de la República de Weimar (primera democracia europea) de aceptar las condiciones “abusivas” del tratado de Versalles, de no frenar el paro y la gran inflación que sufría Alemania.

Peter Ellis se mueve entre dos mundos: el mundo burgués de los salones y bailes, y el mundo bohemio del arte y de los cabarets. El contexto sociopolítico y económico antes descrito se hace eco en el mundo personal de los personajes. Ese restablecimiento de la paz se traduce, a su vez, en inestabilidad económica, y en hambre en la población más vulnerable. Los políticos más democráticos y afines a la paz dan sus vidas por la democracia, mientras que soldados y hombres reaccionarios y vengativos echan la culpa de la situación, además de a la república de Weimar, a los judíos, puesto que consideran que están comprando y vendiendo a Alemania.

El discurso de xenofobia, nacionalismo y venganza empieza a llenar las calles con banderas y esvásticas secundando los gritos de Adolf Hitler desde Múnich hasta Berlín, lo que prefigura ya la germinación y maduración del Tercer Reich. 

En este momento tenso que vive Alemania tendrá lugar una tragedia política, con el asesinato de Rathenau, ministro de exteriores en la República de Weimar, y también familiar. Puesto que el nacionalismo y el sentimiento de pertenecer a su país de un modo identitario exacerbado  cobra tanta fuerza que las balas de la sin razón estallan con su intolerancia y fanatismo.


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